Dulce moda


UN ASPECTO ENTRE BOHEMIO Y ELEGANTE


Esta noche he soñado que estaba en un Café, en un lugar, de no se sabe dónde, tomando un café o quizás era té, de esos aromáticos, tan buenos, y con un buen libro en la mano. El sitio era grande, con unos techos gigantes, con una decoración entre siniestra y antigua. En el techo, colgaban enormes lámparas, que parecieran que te vigilaban. Había muchos cuadros, cuadros totalmente raros, cuyos personajes parecía que se iban a salir en cualquier momento y te iban a agarrar. Sentí miedo, pero a la vez sentí que estaba en un lugar acogedor, en el que reinaba una paz y una tranquilidad absoluta. Había gente y era como si flotasen.  El aspecto de la gente era entre bohemia y elegante. Una mezcla digna de una época pasada. Y yo.... allí estaba yo, sentada en un rincón leyendo un libro "La caída de los Gigantes" tomando yo creo que un maravilloso té de frambuesa, porque su aroma inundaba toda la estancia, acompañado de un postre especial que sabía como nada antes había probado y cuyo nombre "bizcochitos con aroma de naranja con mousse de chocolate y recubiertos con pannacotta"  era un tintineo para el paladar. Yo me miré y me pregunté: ¿no estaré en pijama, verdad?. ¡No, que va!, me había puesto para la ocasión un vestido de punto beigs, con un collar, una gabardina, unas botas y un bolso marrón. Cuando me vi la gabardina, miré hacia unos grandes ventanales, y la lluvia caía y caía sin parar. En aquél momento pensé: "este es el mejor sitio para resguardarse de un día así" y allí me quede con mi libro, mi bizcochito y mi gabardina, sintiendo como si nada pasase a mi alrededor,  mirando la lluvia caer y pensando, mañana será otro día.

 Gabardina: Cortefiel. Vestido de punto: Zara Collar: Una tienda de cuentas





UN FRASQUITO DE FELICIDAD 


FotografíaTengo un sueño que se me repite casi todas las noches. Veréis, yo tengo el pelo corto hace ya como 12 años, más o menos. Antes, tenía la melena larga y lisa, pero cómo todo pasa, pues a mí me dio por cortármelo y la verdad es que me veo muy bien y no añoro el pelo largo para nada. El sueño es el siguiente: voy corriendo por la calle, con una melena espectacular, que ondea en el viento como una ola en el mar y yo corro y corro, pero a cámara lenta, no os penséis que corro como una loca a quién persigue el demonio. Bueno, pues yo me pregunto, ¿qué significa?. El sentido del sueño, ¿es más  por el deseo anhelante de volver a tener aquélla melena o por qué quizá el tiempo no es el de ahora y es un tiempo pasado de mi juventud, que aún no siendo muy mayor, deseo volver a él de alguna manera?. Y os preguntaréis ¿y qué tiene que ver ésto con la moda y mucho menos con el dulce?. Bueno yo tampoco, pero ¿ qué es lo que busca la gente y con lo que uno soñaría una y mil veces? y ¿quë decían  todas las madres  cuando éramos pequeños?:-"yo lo que quiero es que mi hijo/a sea feliz, me da igual que sea bombero, arquitecto o peluquera"-........... Por eso, yo creo que corro detrás de algo tan efímero como  es la Felicidad, éso que todos buscamos y que la encontramos en un frasquito, como una medicina que tomamos con un cuenta gotas. ¿Y qué momentos nos proporcionan un poco de ese frasquito? Pensándolo bien, he llegado a la conclusión de que un buen trozo de "Tarta de rosas con sabor a Frambuesa" nos daría por un momento, una felicidad, pasajera sí, pero felicidad al fin y al cabo y ¿qué se puede llevar para correr como una loca detrás de tan apreciado bocado? pues a mí se me ocurre, que tacones no, así que unas botas altas en color cuero, una camiseta , un vaquero y una chamarra serían suficientes. Ya véis, todas las cosas tienen un nexo común. Espero que os haya gustado el escrito de hoy y ahí van mis fotos. Besoooooooooooooooooooooosssssssssssss. Vaquero: Fancy. Niqui:. Lolitas. Chamarra: Pedro del Hierro.


              


HOTEL ARTEA


Cuando he estado en Aix en Provence me he alojado en un hotel fantástico "Hotel Artea". Es un hotel con encanto.  Residencia del compositor Darius Milhaud, fue renovado ya como hotel en 1992, y combina el encanto de una casa tradicional francesa con todas las comodidades de un hotel moderno. Allí me he sentido a gusto. El hotel cuenta con 48 habitaciones, grandes y cómodas. Sus pasillos son como laberintos en los que podrías perderte. La gente amable, siempre tienen una sonrisa en la boca y un saludo "bonjour" si es por la mañana; "bonsoir" si es por la noche. Cuando te levantas por la mañana oyes el ruído de los coches, de la gente que va a trabajar, de los niños que van al colegio, pero es un ruído suave, yo diría que hasta agradable. Es una ciudad que madruga y también que duerme. Es tranquila , no hay estres, la gente pasa a tu alrededor y van riendo, van comiendo, hablando, como si los problemas allí no existirían, te relajas, te sientes como uno más, aunque no entiendes nada, pero da igual. El tiempo transcurre como si nada, entras en las tiendas, la gente compra, no hay crisis. Las terrazas del paseo principal, están abarrotadas de gente charlando, tomando un café, ése que siempre nos dicen:-si vas a Francia, ten cuidado con el café, que  es malo y caro- bueno no es para tanto o será porque yo no tomo mucho café, la verdad. Volviendo al Hotel, os diré que el desayuno era espectacular, eso  si no quieres salir de allí con un atracón de bollos, de croissants y de Nutella. La Nutella allí se consume mucho, debe ser como aquí la Nocilla. Te la ponen para desayunar y para acompañar algúnos dulces, como las tortitas o los crèpes. Me encanta la Nutella...... y tras un paseo para bajar todo ese montón de bollos, se me ocurrió  precisamente eso, hacer un postre de Nutella o lo que es lo mismo "unos cupcakes navideños de chocolate y nutella". A la vuelta de mi viaje, me puse manos a la obra y aquí están.





La foto de arriba es en Barcelona, en el hotel y es que hicimos escala para descansar. Llevé abrigo de Cortefiel para resguardarme del frío de Marsella,  pantalones zara y botas color cuero. entre otras cosas, claro, ya os pondré más fotos de mi vestuario. Los cupcakes bueníiisimos. Y aquí os muestro la habitación del Hotel Artea,  que era gigante, y esto es solo una parte. Hasta  pronto.


UN PASTEL ESCONDIDO

yEl sueño que os voy a contar hoy, no sé,  podría ser real. Al entrar en una Pastelería, de lujo, y digo de lujo, porque todo era maravilloso, los pasteles tenían  una decoración exquisita, con toda clase de detalles, brillos, colores y formas. Todos ellos estaban ordenados por colores, sabores y tamaños. Parecía que desfilaban, como  en una pasarela, en la que las modelos nos deleitan con sus trajes, moviéndose  con soltura, elegancia y sofisticación. Entre todos esos pasteles, me fijé en uno. Uno que estaba solo en la bandeja, un poco escondido del resto y que llamaba la atención, porque no se parecía en nada a los demás, no es que no fuera apetecible como el resto, sino que se había quedado solo y era como Calimero ¿os acordáis?, que estaba solo y al que nadie quería. Pues igual, era cómo ese Calimero, al que nos hemos parecido todos un poquito alguna vez  en nuestra vida. Y no sé por qué, pero no me lo pensé dos veces y lo cogí. Me quedé mirándolo un buen rato, como si nada, pensando que nadie me había cobrado tal valiosa pieza y que si mi intención no era comérmelo, ¿para qué lo había cogido?. Al cabo de un rato de tener este pastel en mi poder, me vi rodeada de gente, de mucha gente, diría yo, y todas y cada una de esas personas con un pastel en la mano. Todos hablaban entre si, comían, bebían, se reían y comentaban  ¡qué sitio tan bonito! ¡y qué pasteles!, yo estaba alucinada, desde luego el mío no era el mejor ¿por qué?. Enfrascada en mis pensamientos, como estaba, una voz por detrás me dijo:- ¿ qué te parece la fiesta? ¿ha quedado todo bien?-. -Fiesta, ¿qué fiesta?, ¿qué  ha quedado bien?. Enseguida me di cuenta, ¡era la fiesta de inauguración de mi ansiada Pastelería!, yo estaba vestida con un vestido negro y unos zapatos de tacón. La pieza que tenía en la mano era el último pastel que quedaba, ¡0h Dios Mío, si se lo han comido todo! ¿y por qué habían dejado ese?, quizá por su aspecto, no tenía un color llamativo, ni deslumbraba, pero....... al pronto le dí un bocado y era tan delicioso, que me alegré por un momento de que nadie lo hubiera cogido, entonces pensé "si no lo prueban no conocerán tan apreciado y estimulante sabor" . Mañana llenaré la tienda de este  pastel y su aroma inundará el lugar, invitando a todos los transeúntes a entrar y probar una delicia que no tiene nombre o sí. Podrían llamarse "Cupcakes de caramelo glaseado" y .podrían ser como éstos. Cómo os he dicho, llevaba para la ocasión un vestido negro y zapatos negros de Fosco. Esto es solo un sueño, aunque bien podría hacerse realidad en un tiempo, espero no muy lejano. BESOS.





UN VERANO MUY AZUL 

Os voy a contar como pasaba los veranos cuando era pequeña, de ésto hace ya unos cuántos años, pero están en mi mente, como los mejores años de mi vida. Los veranos comenzaban cuándo acababa el colegio y mis padres me mandaban al pueblo , un pueblo en Andalucía, concretamente en Córdoba. El pueblo se llama Villa del Río. Iba a casa de mi tía, a la que quiero mucho, para mí, su casa era mi segunda casa, en esos días. Eran las mejores vacaciones que se pueden tener. Nuestro objetivo era disfrutar al máximo, con todo lo que teníamos a nuestro alcance. Eramos una pandilla como las de entonces, con nuestras bicis, nuestras ganas de pasarlo bien, nuestros encuentros y desencuentros. Pero aparte de todo ésto, que desde luego era lo más destacable, había algo que recuerdo perfectamente. Allí, como sabéis, el calor es exagerado, y solo se puede salir a la calle, cuándo ya ha pasado todo el bochorno. Aún así, a la hora de la siesta, que no había un alma por la calle, había un hombre, el vecino de mi tía, que siempre salía. Y os preguntaréis -¿por qué salía a la calle cuando más calor hacía?- pues os lo diré. Este señor se llamaba Rafael, y en su casa tenía como un pequeño obrador, allí hacía unos deliciosos pasteles, que luego vendía por las calles, supongo que el momento de la siesta sería el mejor para vender aquélla suculenta mercancía. Salía con una cestita llena de pasteles y su voz llamaba a las puertas, para que la gente despertara de su siesta y saliera a comprar tan maravillosas piezas. Mi tía nos daba un plato y dinero a mí y a mi prima para que compráramos los que más nos gustaran. Los más ricos eran los de yema y los de sidra. Pero el tiempo cambia, en mi reciente visita de nuevo a mi pueblo, las cosas ya no eran igual, ya nadie salía a vender pasteles, ya la gente no se sentaba en las sillas por la noche en plena calle y la pandilla no seguía allí. Todo se había esfumado. Pero me queda lo mejor,  mi tía, por supuesto, y aquellos momentos vividos que nadie podrá borrar. En mi última visita, salí con mi prima, fuimos a la feria, comimos chocolate con churros y pasamos calor, mucho calor. Hicimos barbacoa en el patio de la casa de mi tía, y ya no comí pasteles de aquéllos, de los de Rafael, pero sí una tarta de almendra que compró mi prima, que estaba buenísima. Yo he hecho una parecida para que veáis, se llama "Pain de Genes" y está esponjosa y muy buena. Por otro lado, siempre que iba al pueblo me gustaba llevar mis mejores ropas, y en esta ocasión sobre todo, llevé vestidos, vestidos como el de la foto. Bueno espero que os haya gustado y que nunca olvidéis ese verano especial que algún día vivisteis.Un beso. Y aquí la tarta que os he dicho. Vestido: Fancy. Sandalias: El Corte Inglés. Bolso: Purificación García.




UN VIAJE EN TREN

Cuando iba de vacaciones al pueblo solía hacerlo en tren. Es el medio de transporte que más me gusta. Algunas veces cogíamos coche cama o literas y otras veces, sin más, íbamos en un compartimento, con más personas. El viaje en tren es como una película que va pasando al lado tuyo. El  paisaje, las casas, la gente se va moviendo y tú miras y te relajas hasta el punto de quedarte dormida por unos instantes. El tren para, la gente se baja, sube gente nueva y  así hasta llegar a tu destino. Cuando estabas un poco adormilada, pasaba un señor con un carrito vendiendo pipas, bebidas, entre otras cosas. También pasaba el revisor, pidiendo los billetes. El viaje no se hacía aburrido, pero sí un poco cansado. De vez en cuando salíamos a estirar las piernas, al baño, a la cafetería y así hasta  que nos volvíamos a sentar, de nuevo. Mirando por la ventana  mis pensamientos iban tomando forma  y uno de esos pensamientos me llevaron a otra  época, concretamente a 1883. Y os preguntaréis ¿qué acontecimiento importante de aquélla época  está relacionado con el viaje en tren?. En aquél año, en 1883, nació el tren " Express d'Orient" o lo que siete años después  empezó a conocerse como "Orient Express". Me vi inmersa en una época en la que las mujeres llevaban unos vestidos largos, pomposos y con una larga cola. El tren en cuestión, salió de París con dirección a Rumanía. Todo allí era de un lujo extremo, la tapicería de oro, sábanas de seda, sanitarios de mármol. De repente, la gente corría por todos lados, me levanté de mi asiento, fui a la cafetería y vi un hombre tirado en el suelo, ¡no se movía! ¿estaría muerto? Las mujeres gritaban, alguien preguntaba por un médico, todo el mundo estaba asustado. Había un hombre alto, con un traje enjuto y un sombrero pequeño, al parecer era un Inspector de Policía. De repente, alguien mencionó la palabra asesinato. ¿Asesinato?. Aquel hombre, que estaba allí tirado, ¿ había sido asesinado? ¡Asesinato en el Orient Express! ¡Oh Dios Mio!, ¿qué hacía yo allí, en una época desconocida para mí, con gente distinguida y envuelta en un asesinato? De repente, la puerta del compartimento se abrió y entró el revisor pidiendo los billetes. Mi madre le dio al revisor los billetes y mirándome me preguntó:- ¿qué te pasa, parece  que has visto al demonio?-.  Entonces, me di cuenta de dónde estaba y en qué época estaba. Era el año 1981 y ya habíamos llegado a nuestro destino.  Ahora bien, ¿qué relación tiene toda esta historia con el dulce y con la moda? No  lo se, lo único que se es que me pongo a escribir y las palabras me fluyen. Imaginemonos por un momento, que  mi viaje es ahora, en la actualidad, que salgo desde París, con dirección a Roma, rodeada de un lujo exquisto, en el Orient Express.Y que en la carta de postres de la cafetería del tren hay una tarta también de lujo "Tarta de Moka", con una decoración también de lujo y que invita a probarla. ¿ y qué llevaríamos para tan exquisita  travesía, acorde con el lujo extremo de este maravilloso tren? Pues podría ser "una falda negra de pailletes de Zara y  jersey gris con incrustaciones doradas y cuello baby". ¿Os he dado mucho la chapa? Espero que no, es que me encanta ponerme a escribir, es como si descargara toda la tensión. Bueno creo que estoy descubriendo otra gran pasión: Escribir.





  

DOS HORAS EN UN AEROPUERTO

"Pasajeros con destino a ...... pueden efectuar su embarque por la puerta B35".  Esta es la frase que más se repite en cualquier aeropuerto del mundo. Un aeropuerto, es un devenir de gente, gente corriente, que viaja por negocios, gente que va a cualquier parte del mundo para visitar a sus familias, gente que va de vacaciones o por cualquier otro motivo que no seriamos capaces de adivinar. En un aeropuerto todo parece más complicado de lo que realmente es, basta con viajar un par de veces seguidas, para saber cuáles son los pasos que tienes que dar hasta llegar a tu puerta de embarque. Eso sí, tendrás que estar muy atento con las pantallas que hay y asegurarte  cuál es tu hora de embarque y tu puerta, sino puedes llevarte un buen susto.¡ Lo siento, me he perdido un paso!, y es el momento en el que tienes que pasar por el control. Es el momento que más nerviosa me pone. Yo que soy de las previsoras y  aunque llevo "solo" equipaje de mano, siempre voy cargada, no sé como me las arreglo. En casa peso las maletas para que no se me pasen de peso, cualquier día me van a decir que las tengo que facturar.A lo que voy, que necesito un montón de bandejas para dejar mis pertenencias. El bolso que llevo parece ya una maleta, pero ¿cómo llevar un bolso pequeño? Imposible, no me cabría ni un boli. Vamos, que necesito una bandeja solo para mi bolso, otra para el abrigo, otra para el ordenador y otra para las botas,¡qué rabia me da tener que quitarme las botas!. Una vez que pasas el control tienes tiempo de relajarte y tomarte un café, o comer o tomarte un dulce. Si el tiempo te lo permite y el aeropuerto en cuestión es grande y tiene tiendas, te da tiempo hasta de éso, de ir de tiendas. Nosotros hoy hemos estado en el de Barcelona 2 horas, hasta  coger el siguiente vuelo a Marsella. Hemos desayunado y nos hemos aburrido de pasear con nuestro carrito lleno de trastos y de entrar en las tiendas. No está demás si os digo que me he comprado una camisa en Zara ¡de rebajas claro!, que ahora no estoy yo como para gastar. Primero he entrado una vez, he pensado ¿otra camisa?, y nos hemos ido. Después hemos vuelto y me la he probado, me quedaba genial, y como el precio también era genial, pues me la he comprado, no pasa de esta semana que la estrene aquí, en Aix en Provence.¿ Y como unir la moda con algo dulce, además en un relato en el que nada tiene que ver con nada, pero a la vez tiene mucho que ver con todo?. Pues fijaos, aquí la comida, la verdad es que no me gusta nada, lo mejor que tienen y que ya os he comentado en alguna ocasión, son los dulces. Hay un sitio espectacular cerca del hotel que ponen crêpes y tortitas muy ricas, que las puedes combinar con lo que quieras. Eso sí, solemos ir algún día a cenar, pero solo eso, claro. Teniendo en cuenta ésto, ya tendríamos nuestra unión, pero como yo todavía tortitas no he hecho, os dejo una foto de unos mini cupcakes estupendos de capuccino que hice en Navidades y que mañana os pondré la receta. Me muero de sueño, hasta mañana.................................
Esta es la camisa por la parte de detrás. ¿Es chula, verdad?

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Y esta de abajo es por delante. Sencilla

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Y con esta camisa elegante, podemos ir a comernos estos magníficos cupcakes de Capuccino, que no es porque los haya hecho yo, pero están buenísimos. Voy a pasaros la receta para que los hagáis. Un beso.


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UNA AVENTURA INESPERADA


La historia de hoy, tiene un personaje y se llama María. María es una chica joven, guapa y muy activa, no se puede estar quieta. A María,le gusta mucho escribir, leer, pero lo que más le gusta es visitar museos. Hoy es Sábado y María no tiene que ir a trabajar, así que ha planeado pasar la mañana en el Museo de Bellas Artes de su ciudad. María es una apasionada de la pintura, del arte y hoy había una colección de arte Impresionista en el museo. Cuadros impresionistas de pintores de la talla de Cézanne, Monet, Renoir, Sorolla,etc. María se prepara, se pone un vestido, unas botas y una gabardina y sale a la calle camino hacia el museo. Cuando llega, apenas hay gente. María piensa que así podrá moverse con más libertad por el recinto y deleitarse con aquéllo que más le guste. Empieza su recorrido. La primera galería que visita, es precisamente la dedicada al Impresionismo, los cuadros que hay le han impactado tanto que María no deja de mirar y mirar y deleitarse con esas pinturas, como si se metiera dentro de ellas. Estando embelesada, como estaba, se le acercó un hombre con traje negro y gabardina beigs. Un hombre de mediana edad, de buena presencia, pero un poco siniestro, si cabe. María nota su presencia, pero ella sigue contemplando el cuadro, un Cézanne de 1885, "La montaña de Sainte Victoire", en él podía admirar la luz, el paisaje, las líneas, todo aquéllo que a ella le gustaba observar en un cuadro de aquélla índole. El hombre comentó: -bonito cuadro, ¿le gusta el autor?-. -Oh si, por supuesto, es maravilloso-, contestó María. María iba a continuar hablando, cuando se dio cuenta, de que el hombre, ya no estaba allí, se había esfumado, pero, ¿dónde se habría metido?. De repente bajó la mirada hacia el suelo, y apreció algo pequeño, parecía un botón, ¡un botón!, ¿sería del traje de aquél caballero?. María lo cogió, pero se dio cuenta de que  detrás del botón había una notita pegada, cogió aquélla nota y la leyó: "en el reloj del Ayuntamiento, a las diez, pero al revés". De camino a casa, su cabeza no paraba de dar vueltas a lo mismo, a las diez, pero al revés, ¿qué significaba aquéllo?, era como una pista para algo, pero ¿para qué?. Cuando llegó a casa eran las dos del mediodía, se quitó la ropa, comió algo y se sentó en el sofá mirando fijamente aquélla nota. De repente, miró el reloj y le dio la vuelta, ¡claro! -exclamó- a las diez, pero al revés, son las cuatro, es decir, las 16h. Eran ya las tres y media, se vistió corriendo, cogió el bolso y se marchó a la plaza del  Ayuntamiento y esperó a que dieran las cuatro. A las cuatro en punto apareció de nuevo aquél hombre, se le acercó y le dio otra nota. María asustada la leyó: "diez pasos darás y un dulce encontrarás" Estaba alucinada, ¿qué clase de juego era? ¿ quién la estaba tomando el pelo?. Su intriga era tal que dio los diez pasos y justo se topó con una pastelería. Ni corta ni perezosa entró en aquélla impresionante pastelería, llena de tartas, de pasteles, de todo tipo de dulces y una dependienta se acercó a ella y le entregó un paquete. Buenas tardes, María, la estaba esperando,-dijo aquélla mujer-, dándole algo que parecía un pastel o una tarta o algo por el estilo. Se quedó boquiabiertaTrufa, la que más le gustaba a María. María impresionada, se preguntó: -¿qué día era hoy?- ¿quién había hecho todo ésto?.-. De repente, oyo un ruído, ruído de gente, como si irían a celebrar algo. Se acercó y allí estaba toda su familia, sus amigos y su novio, cantándola "Cumpleaños Feliz", y es que ¡se le había olvidado que hoy era su cumpleaños!. María estaba contenta, tenía allí su familia, sus amigos y su novio, pero quizás lo que le hubiera gustado habría sido vivir una historia intrigante de verdad, la nota, el señor del traje, todo indicaba que iba a ser un día especial, lleno de aventuras, como una película de ésas, en las que la protagonista tiene que seguir unas pistas para consguir un tesoro, o algo por el estilo y que en medio le pasan cosas excitantes. No fue así, pero estaba contenta, y además la tarta de Trufa era su favorita. Se asomó a la ventana con un trozo de tarta y allí estaba aquél hombre de nuevo, con su traje negro y su gabardina, y le vio marcharse y desaparecer en la oscuridad de la noche. Tarta de Trufa y Naranja. Vestido marrón de punto, cinturón marrón ancho, botas color visón de Callahan y gabardina Cortefiel.

                                              

                                  


                                                         TARTA DE TRUFA

 
EL PRIMER SAN VALENTÍN PARA SEBASTIÁN
El protagonista de esta historia es Sebastián. Sebastián es un joven de veintisiete años, alto, rubio y atractivo, muy atractivo. Vive en Londres, un lugar que le apasiona y que no cambiaría por ninguna otra ciudad en el mundo. Tiene una tienda de ropa, una ropa un tanto Vintage y British a la vez. La moda le apasiona, le encanta. Su trabajo es su vida, disfruta tanto que no podría dedicarse a otra cosa. Sin embargo, había algo que echaba de menos, algo que le hacía sentirse solo y triste. Cuando llegaba a casa no tenía a nadie con quien compartir su vida, sus alegrías, sus penas, quería estar enamorado, un estado que jamás había conocido. Su única compañía era su perro, Lucky, quien le esperaba en casa y con el que despertaba cada día. Tenía amigos, pero todos tenían pareja y él se sentía desplazado cuando salían a divertirse. Además era un poco tímido, a la hora de conocer a alguien. El día de San Valentín se acercaba y como siempre,  él no tendría con quien compartir ese día tan especial. Sus amigos ya estaban haciendo planes para ese día tan señalado, pero él se quedaría en casa, viendo la tele, con su perro y unas palomitas, como todos los años. Pero no sabía que su suerte iba a cambiar.
Quedaban cinco días para San Valentín, aquella mañana se levantó, se puso sus jeans y sus playeras y se fue a su tienda como cualquier otro día. Era martes, y hacía buen día, no llovía, algo raro en Londres en aquélla época del año. Abrió la tienda y la clientela entraba y salía, algunos compraban, otros no, pero siempre había alguien. Cuando ya quedaban diez minutos para cerrar, entra una joven morena, alta, delgada, si no muy guapa, sí atractiva.  Le pidió a Sebastián una camisa para ella. Sebastián le enseñó muchas camisas de todo tipo, de cuadros, estampadas, blancas, pero la joven eligió una que Sebastián no le había mostrado y estaba en una percha aparte. -La joven le dijo a Sebastián-: me gusta ésa, y me gustaría probármela. Oh, sí por supuesto, pruébatela, es la última que me queda y creo que es tu talla. Mientras la joven estaba probándose la camisa, Sebastián pensó que era la chica más guapa que había visto y que tenía una voz tan dulce que jamás había escuchado.
La chica pagó la camisa, se despidió y se marchó. Sebastián pensó que jamás la volvería a ver o quizás sí. Cerró la tienda y se marchó a su casa. Aquélla noche no pudo dormir, pensando en aquella joven y en qué posibilidades tendría de volver a verla. Así iban transcurriendo los días, era ya jueves y quedaba poco para San Valentín. Aquélla mañana, era una mañana tranquila, de repente, mientras estaba colocando unos jerseys en una estantería, la puerta se abrió y era ella, la chica morena de la camisa. Buenos días, -dijo la joven-, buenos días -contestó Sebastián-, ¿en qué puedo atenderte? -le preguntó-. La joven le dijo que no acababa de convencerle la camisa y la quería descambiar. Se probó otra, de un estilo muy British de cuadros roja y azúl, le gustó y cuando fue a pagar, Sebastián sin más, la invitó a tomar un café en la cafetería  de la esquina, bueno más que cafetería, era una Bakery, de esas que hay en Londres, tan bonitas y tan bien decoradas, con montones de cupcakes, galletas y tartas por todos lados. La muchacha se quedó un poco atónita, pero sin más preámbulo contestó que sí. Los dos quedaron para la tarde, cuando Sebastián cerrara la tienda. Sebastián no se lo podía ni imaginar, ¿cómo había sido tan osado al pedirle a una clienta una cita para tomar un café? ¿qué habrá pensado?. Y así con ese ir y venir de pensamientos, pasó el resto del día hasta que a las 7:30 cerró la tienda. Se dirigió a esa Bakery tan maravillosa y allí estaba ella, con la camisa de cuadros recién estrenada, dentro del local y esperándole. Sebastián se acercó, la saludó y se sentó a su lado, pidieron dos cafés y dos cupckaces maravillosos Red Velvet. Estuvieron charlando hasta la hora de cerrar, el tiempo se les pasó apenas sin darse cuenta. Cuando salieron del lugar, Sebastián acompañó a Laura, (ese era su nombre), a su casa y quedaron en verse para el Sábado, día de San Valentín. Sebastián no se lo podía creer, por fin pasaría el día de San Valentín en compañía, además, creía que se había enamorado, no estaba seguro, si aquello era amor, pero de lo que sí estaba  seguro es que el próximo día lo descubriría. Estas son algunas de las Bakeries que hay en Londres, quizá en algúna de éstas, se vieron mis protagonistas. Si no me equivoco son dos de las mejores Bakeries que hay en Londres. La camisa de arriba, ¿podría ser parecida a la de nuestra protagonista?. Esta es de Pedro del Hierro.
                 
           
          
         
         


DESAYUNO CON................
FotografíaLa historia de hoy transcurre en Nueva York, en los años 60. Mi protagonista es una niña, Susan, que vive en una parte de Nueva York, algo castigada por la pobreza y por la miseria de aquélla época. Vive con su familia, formada por su madre, Ángela, su padre, James, y su hermano, de 6 años, Peter
Su madre es costurera y trabaja cosiendo para la gente noble y rica del momento y aunque trabaja y trabaja como una mula, su sueldo es escaso. Su padre, es un hombre fuerte, rudo, hecho a sí mismo, por todos los problemas que le ha tocado vivir y afrontar a lo largo de su vida. Trabaja en la mina, a las afueras, pero su apariencia engaña, su cuerpo, maltrecho, por tanto trabajo y dolor, no aguantará mucho más, probablemente no pase de ese invierno frío y duro en aquella época en Nueva York. Aún así, el gran sueño de Susan es aprender Canto, le gusta mucho la música y le gustaría llegar a ser una gran artista. Su familia se esfuerza para pagarle unas clases de Canto que ofrecen en una Academia, en la otra parte de la ciudad.   Todos los días tiene que atravesar la ciudad para llegar hasta su destino, que no es nada más y nada menos, que la Academia de Canto, en la que ella puede dar rienda suelta a su imaginación y soñar con una vida mejor. Los momentos que pasa en la Academia, son mágicos para ella, se olvida de los problemas y solo piensa en una cosa: cantar. Ella quiere cantar, aprender al máximo, para poder llegar a ser una artista, una gran artista. Susan, no lo he dicho al principio, tiene 13 años, es ya una adolescente, con todas esas energías y ganas por aprender, que tiene cualquier otra muchacha de su edad. Solo que las aspiraciones de Susan van más allá, ella quiere triunfar y sabe que algún día lo conseguirá.  Susan, todos los días se levanta pronto, pues antes de ir al colegio tiene que ir a sus clases de Canto y aunque acabe cansada, todas las mañanas se levanta con ánimo y  canturreando alguna canción, de esas que estaban de moda y que a su familia les volvía loca. Susan sale a todo correr, camino de su aprendizaje. Para ir a la Academia, Susan tiene que pasar obligatoriamente por una calle, en la que a ella le gustaría vivir algún día, poder tener una casa grande con una puerta de entrada gigante y unos grandes ventanales, en los que poder asomarse para ver a la gente pasar. Era una calle en la que había vida, la gente tenía dinero, tenían doncellas, que les hacían las tareas del hogar, mayordomo, para recibir a sus visitas, y las mujeres, vestían unos vestidos modernos, faldas cortas ( fue el año de las minifaldas) y con mucho colorido. Ella pasaba por allí inadvertida, sus ropas estaban desfasadas, solo tenía dos conjuntos, de quita y pon y sus zapatos no durarían mucho, con todas las caminatas que se pegaba todos los días, pero ella no le daba más importancia de la que tenía. Como digo, todos los días pasaba por aquélla calle llena de vida y alegría. Había tiendas por doquier, pero había una en concreto que a Susan le fascinaba. Se quedaba mirando su escaparate largo rato, hasta que muchos días llegaba cinco minutos tarde a sus clases de Canto. Era una tienda, como lo diría, espectacular, con grandes ventanales, con una decoración exquisita y gente, mucha gente. Las piezas que vendían allí, eran únicas, brillaban por toda la estancia y la gente parecía estar interesada en todas. Ella pensaba:”algún día entraré con mis padres y mi hermano y compraré un montón de aquellas delicadas piezas”.














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Así pasaron los años y Susan acabó sus estudios de Canto. Tenía 18 años y su futuro era de lo más prometedor. Un día llamaron al teléfono y la madre de Susan lo cogió:

-Susan, es para ti, es Claire, tu profesora de Canto.
-Susan cogió el teléfono y su profesora parecía nerviosa:
-Susan, cariño, -dijo Claire, en un tono de entusiasmo-. 
-Dime Claire,-respondió Susan con asombro-.
-Susan, ¡tengo que darte una noticia!, dentro de dos semanas, va a haber una selección en Brookling       para elegir a la persona que actuará en el nuevo musical “Man of La Mancha”, basado en el libro de Miguel de Cervantes, “Don Quijote de la Mancha” que se celebrará dentro de dos meses en Broadway. Tienes que presentarte, es una oportunidad única. Yo te ayudaré en todo.
Susan se quedó paralizada, no sabía que decir. Más bien no dijo nada.

Por fin había llegado ese momento tan ansiado, -pensó-. Tenía que aprovecharlo.


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Pasaron las semanas y Susan se entregó en cuerpo y alma a ensayar. Tenía que lograr ser la elegida para actuar en el mejor teatro del mundo. Quedaban dos días, y pensó que no tenía nada que ponerse para ir al casting. Su madre la acompaño  y entre las dos eligieron un vestido adecuado para la ocasión. Era negro, sin mangas y con un gran dibujo en la parte delantera, una chaqueta negra estilo Chanel y unos zapatos negros de tacón.
                                                                                          VESTIDA PARA TRIUNFAR

Por fin, llegó el gran día, Susan estaba radiante, se puso su vestido nuevo y se maquilló, parecía una niña con zapatos nuevos, nunca mejor dicho. Llegó al lugar donde se iba a celebrar el casting, era un sitio grande y con muchos focos, aquello la ponía nerviosa, no pasa nada,-se dijo-, tranquila. Cantó en tercer lugar, su madre y su profesora se quedaron con la boca abierta de lo bien que lo hizo y del gran triunfo que ya había conseguido por llegar hasta allí. Cuando terminó, todo el público que allí había presente se levantó y aplaudió hasta la extenuación. Su madre lloraba emocionada y su profesora no daba crédito, sin duda , era la mejor alumna que jamás había tenido.
Transcurridos unos días desde aquel acontecimiento,  Susan fue a visitar a su profesora para comprobar si había llegado ya  la carta en la que pondría el nombre de  la elegida para interpretar a Dulcinea en aquélla Obra Magistral. Justo cuando llegó, su profesora acababa de recibir aquélla ansiada carta. Por un momento, la dejó encima de la mesa, sin abrirla y le dijo a Susan,que no pasaba nada, si no había sido seleccionada, que habría más oportunidades y que aquello solo era el principio de algo bueno. Susan no podía aguantar más y le pidió a Claire, que por favor, abriera la carta.
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¿Qué pensáis que ocurrió?. ¿Fue Susan la elegida para interpretar a la Bella Dulcinea en Broadway? ¿Qué fue de ella, triunfó? ¿Qué miraba todos los días de su vida en aquélla calle, camino a la Academia de Canto?. No penséis que os voy a dejar con la intriga.
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     CHAQUETA CHANEL CORTEFIEL 
                                                      
Susan llegó a hacer aquel papel , lo hizo tan bien que  a partir de aquél momento su vida cambió. Triunfó y mucho, las ofertas le llovían,  trabajó en todos y cada uno de los musicales que había, no solo en Nueva York, sino en todo el mundo. Viajó, ganó dinero y era feliz porque hacía lo que realmente le gustaba y por lo que tanto había luchado.
Un día, después de una larga gira, volvió a su casa, le dijo a su madre que ya no vivirían más allí, que había comprado una casa en aquélla calle que a ella le fascinaba tanto cuando era pequeña y que reunía todas las comodidades que jamás habían tenido. Al día siguiente hicieron el traslado y antes de instalarse, Susan se acordó de algo: la tienda, aquélla tienda que contemplaba cada día y que algún día visitaría. Le dijo a su familia que dejaran todo, y que bajaran con ella a la calle.  -Su hermano preguntó-: ¿dónde vamos Susan?

-Susan respondío -: a un lugar dónde un día me prometí que os llevaría y hoy es ese día.

Entraron en aquélla maravillosa tienda, se sentaron en una mesa y una chica muy educada fue a recibirles. ¿Qué desean? ¿ Han visto algo que les guste?. Peter estaba alucinado, jamás había entrado en una tienda como aquélla, le gustaba todo, lo probaría todo, era como estar  en una tienda de chuches pero a lo grande. Era como una película de cuento de hadas. Seguro que a esta altura de la historia ya sabéis de qué es la tienda o a qué se dedica. Pues bien, la tienda es  por supuesto un café y una pastelería al mismo tiempo. Allí la gente que va, es gente de un cierto nivel académico, distinguida y moderna, a la vez. La gente se sienta, se lee el periódico, un libro o una revista de esas, de mujeres tipo Vogue que tanto nos gusta. Lo más destacable de aquél sitio, era la espectacularidad de sus pasteles, de sus tartas, de sus galletas…. Todo estaba puesto con gran elegancia y no había nada fuera de su sitio, todo estaba en el lugar que le correspondía. El local en sí estaba decorado de un color rosa palo, y tenía lámparas con cristalitos de colores. Había cuadros en las paredes, dedicados al tema en cuestión, es decir, cuadros de pasteles, macarons, galletas, tartas, y todo acorde con el resto de la estancia.
Nuestra protagonista y su familia estuvieron allí toda la mañana, desayunando, admirando el lugar, hablando de todas sus cosas y cuando se dieron cuenta de la hora que era, volvieron a su nuevo hogar donde vivirían felices hasta el resto de sus días.

                           EL PASTEL MAS CARO DEL MUNDO (ya os contaré porqué)

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Desde luego, el desayuno no era con diamantes, sino con algo más real y sencillo,  algo que Susan pensaba que jamás podría alcanzar y sin embargo con su tesón y su esfuerzo consiguió. Parecerá una tontería, pero en épocas de crisis o hace años cuando no se tenía nada, lo único a lo que se aspiraba, no era a tener joyas o mucho dinero, sino a darte un pequeño placer aunque  fuera solo por un día.


                                                         PASTELERÍA EN NUEVA YORK



 PASTELES Y TARTAS EN NUEVA YORK

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 DELICIOSOS MACARONS

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FIN


MISTERIO EN VENECIA
Venecia, maravillosa ciudad de Italia, capital de la región de Véneto. Conocida como “la ciudad de los canales”, está situada en el nordeste del país, sobre un conjunto de islas que se extiende por una laguna pantanosa en el mar Adriático. Es una ciudad con encanto donde poder desarrollar una historia misteriosa como la que os cuento a  continuación.
                                                                    CANALES Y GÓNDOLAS EN VENECIA
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El personaje de esta historia es Mario. Mario es un joven gondolero. Su trabajo consiste en llevar a los turistas por los canales y mostrarles cada uno de los rincones de esta ciudad. Todos los días recoge cientos de turistas con su góndola y les desplaza por cada uno de los canales viendo las caras de asombro y  admiración  que ponen ante tan encantadora ciudad. La mayoría de las veces suben a su góndola  parejas de enamorados,  de recién casados, que quieren vivir un momento romántico en una ciudad romántica y emblemática a la vez. Un día, cuando va a recoger a los turistas, una mujer de unos 30 años, sube precipitadamente a la góndola y le dice a Mario que salga rápido, que se dé  prisa, que no puede estar allí ni un minuto más.
Mario, asombrado, sale de allí a la velocidad del rayo, sin saber hacia dónde ir ni que decir.
Al cabo de un rato Mario, intrigado le pregunta a la mujer:
-¿Cómo te llamas?.
- Me llamo Nora, pero mejor no hagas preguntas. -Contestó.
-Está bien, yo me llamo Mario. Pero me gustaría saber a dónde nos dirigimos con tanta prisa y si está usted huyendo de alguien.
-Verás Mario, tengo que ir a la Plaza San Marcos, llévame allí y cállate.
Mario, asombrado, obedece a aquélla  mujer y la lleva al lugar dónde ella le ha ordenado.
                                                    CRUZ BIZANTINA                                    
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                               INTERIOR DE LA BASÍLICA DE SAN MARCOS.
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La mujer baja de la góndola y se aleja, mientras que Mario da media vuelta y mirando el reloj, se da cuenta de que su jornada ha terminado. Se va a su casa y deja la góndola fuera. Aquélla noche Mario no puede dormir pensando en aquélla mujer misteriosa, ¿quién era? ¿a qué se dedicaba? ¿por qué tenía tanta prisa?, parecía como si alguien la persiguiera. Estaba en estos pensamientos, cuando se quedó dormido. Al día siguiente, no tenía que trabajar, así que se levantó más tarde y se fue a pasear por la plaza San Marcos, quizá, pensó,  podría ver allí a aquélla mujer. Era sábado y la plaza San Marcos estaba abarrotada de gente, niños dando de comer a las palomas, parejas de enamorados paseando, gente sentada en las terrazas tomando un aperitivo, y entre toda esa gente vio a aquélla mujer, allí estaba, sentada en la escalinata de la Basílica, dando de comer a las palomas. Mario se acercó a ella y se sentó a su lado. La mujer se puso nerviosa y le dijo a Mario que se fuera, que estaba esperando a alguien. Mario se marchó de allí, pero se quedó escondido en una esquina y desde allí vio llegar a un hombre con un sombrero, un tanto misterioso, que se acercó a la mujer. Aquél hombre le dio a la mujer un paquete y se marchó. Mario, escondido, vio a Nora preocupada y éste se acercó a ella.
-¿Qué haces aquí?- te dije que te irías- dijo Nora.
¿ Quién era ese hombre? ¿y qué es eso?- preguntó Mario.
-Nada, no es de tu incumbencia- respondió  Nora.
- Está bien, me marcharé y no me volverás a ver, pero si me necesitas, por favor llámame. Y Mario le dio un papel con su número de teléfono.
Mario se marchó y Nora se quedó allí sola pensando.
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Al día siguiente, sonó el teléfono de Mario, era Nora.
-Mario, soy Nora, necesito tu ayuda- ¿podemos vernos?.

                                         BASÍLICA DE SAN MARCOS Y PLAZA
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- De acuerdo- dijo Mario-, quedamos en el mismo lugar dónde nos vimos ayer en 15 min.
 Se volvieron a ver en la plaza San Marcos, Nora llevaba un paquete, el mismo que le dio aquél hombre, el día anterior. Mario le preguntó que qué pasaba, qué cuál era el problema. Se dirigieron a una cafetería y allí Nora le contó a Mario una historia que distaba mucho de la realidad.
Cuando Mario escuchó la historia de Nora,  no supo qué pensar, ¿le estaría diciendo la verdad?. Mario pensó que algo no encajaba en aquélla historia, pero de momento no preguntaría nada  más y se conformaría con aquélla historia un tanto estúpida e irreal.
.¿Cuál será el problema de Nora? ¿le ayudará Mario? ¿qué habría en aquél paquete?
                                                         ******************
Aquél  mismo día por la tarde, entraron en la Catedral de San Marcos, con el paquete en la mano. Se dirigieron a una zona, que estaba al fondo  de la Basílica. Subieron por unas escaleras viejas y estrechas. Mario preguntó hacia dónde se dirigían y Nora no le respondió. Llegaron al final de la escalera y  una puerta de madera maciza, con una única cerradura se presentaba grandiosa ante ellos, Mario se quedó perplejo al ver aquélla puerta y le preguntó a Nora:-¿Por qué tienes tu esa llave? ¿de dónde la has sacado? ¿qué hay detrás de esa puerta?
Nora  le dijo a Mario que detrás de aquélla puerta había algo grandioso, un tesoro, a donde pertenecía lo que ella llevaba en sus manos y a donde tenía que volver, Salieron de allí  y fueron a  pasear por la ciudad.
                                       VISTA DE LA BASÍLICA DE SAN MARCOS
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-Te contaré algo, tendrás que estar muy atento. Tras esa puerta que has visto, se guarda el Tesoro Bizantino más valioso del mundo. Mi padre trabajó aquí, en la Basílica hasta su muerte, alguien le asesinó.  Era de las pocas personas junto con los religiosos que cuidan la Basílica, que sabían de la existencia de este tesoro. Era el encargado de entrar cada cierto tiempo para mantener la estancia limpia. No sabemos bien que pasó, pero creemos que alguien le vio y descubrió el secreto, le mataron y le robaron la llave, se llevaron piezas muy valiosas, como cálices, relicarios y una Cruz Bizantina con esmeraldas y diamantes de un valor incalculable. Con ayuda de un amigo, investigador privado, descubrimos quién fue  el que perpetró el robo y probablemente el que mató a mi padre. Devolvió todo lo que robó del tesoro, excepto la Cruz. Fue interrogado y no soltó palabra Pasaron los días y yo no podía quitarme todo aquello de la cabeza y además  no quería que la muerte de mi padre hubiese sido en  balde. Así que con ayuda de mi amigo, Peter, recorrimos todas las orfebrerías de Italia, pensando  que la Cruz  podría estar todavía en suelo italiano. Investigamos y en una tienda de compra de objetos antiguos y religiosos, en Roma, descubrimos algo: la Cruz había estado allí, alguien se la había vendido al dueño de la tienda, y éste a su vez se la vendió a otra persona que hacía colección de reliquias y figuras religiosas. Seguimos con la investigación y dimos con la persona que compró la Cruz.  Fuimos a su casa y aunque nos atendió con amabilidad, no nos dio una buena impresión. Era un hombre un tanto rudo y con un carácter antipático, en un principio negó que él hubiera comprado aquélla Cruz, pero al final confesó que sí, que la había comprado a un buen precio y que sabía a dónde pertenecía aquélla reliquia. Nos marchamos y Peter se puso a investigar a aquél hombre. Descubrió que tenía antecedentes penales, por robo y asesinato, pero que nunca fue a la cárcel por no haber pruebas suficientes que le inculparan.
Mario escuchó la historia perplejo y preguntó:
-Y ahora, ¿ en qué punto está toda esta historia?.
Ahora el resultado es que yo recuperé la llave, que me la entregó el hombre al que interrogamos y que hoy en día sigue en la cárcel y que alguien me sigue  por que quiere tener esa llave y también el tesoro. Y suponemos que ese hombre, es el mismo que tiene en su poder la Cruz.
-Entonces, ¿qué es lo que llevas ahí y qué custodias con tanto recelo?
Verás Mario, hay algo que no te he dicho,  después de conocer aquél hombre rudo y antipático, seguimos investigando, y, buscando entre las pertenencias de mi padre, descubrí una carta.  En la carta ponía  que estaba en peligro, él y el tesoro que guardaba con tanto tesón. Ponía también que la pieza más valiosa de aquél tesoro era una Cruz Bizantina de Diamantes de un valor incalculable y que él mismo había mandado hacer una réplica de la misma.          
                                     PASTELERÍAS Y PASTELES EN ITALIA

 

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Entonces, -dijo Mario-, lo que llevas entre tus brazos, es la Cruz Bizantina, la de verdad, la auténtica, pero ¿cómo la encontraste?.
Verás Mario, mi padre escribió también, que si yo leía aquélla carta sería porque él estaría muerto y que entonces yo necesitaría saber dónde estaba oculta la Cruz, la auténtica. Seguí  leyendo y entonces descubrí dónde se ocultaba la Cruz. Para mi asombro, la Cruz estaba oculta en mi misma casa, en el sótano, en un escondrijo, donde yo me escondía cuando era pequeña. Era un escondrijo, a donde se accedía a través de un pasadizo, que nadie jamás lo descubriría porque estaba oculto entre las paredes  y  a su vez tapado con un gran armario, que solo se habría con una llave, que solo tenía una persona, Yo.
-Entonces, si la llave la has tenido tú todo este tiempo, ¿cómo entró tu padre en ese escondrijo y escondió allí la Cruz?.- Preguntó Mario.
-No sé, quizás tenía él otra o me la cogió a mi algún día, nunca la eché de menos, pero bueno eso no es lo que importa, lo único que importa es que debo poner junto al resto del tesoro la Cruz Bizantina, de dónde nunca debió salir y a donde tiene que volver inmediatamente.
-Pero, si está todo en orden, ¿quién te sigue?
-Creo que todavía  no lo has pillado. El hombre que tiene la Cruz, se ha dado cuenta de que no es la auténtica, que es una réplica y que soy yo la que tiene la verdadera. Y por eso me sigue, ¿no te das cuenta?, quiere matarme, coger la Cruz y la llave, para llevarse el tesoro.
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De repente, se les acercó un hombre, y Mario se asustó. Este es Peter, el amigo del que te hablé, es quién me ayuda en todo esto.
-Hola, ¿qué tal?-se saludaron los dos hombres.
-Y ¿qué pinto yo en todo esto?- preguntó Mario-.
                        TIENDA DE ROPA DE GONDOLERO  EN VENECIA           
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                                           IMAGEN DEL CARNAVAL DE VENECIA
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-Hoy es  domingo y los domingos la Basílica está muy concurrida,  hay guardas de seguridad por todos los rincones. Vamos a entrar y tu  tarea será la de entretener al guarda de seguridad, que está justo delante de las escaleras que van al tesoro. Peter y yo, subiremos la escalera, abriremos la puerta, dejaremos la Cruz y mientras tanto Peter cambiará la cerradura por otra, de manera que ésta llave ya no valdrá. Tu, mientras tanto, ya sabes lo que tienes que hace; entretener al guarda,  y si ves algún sospechoso, un tipo alto, moreno, con cara de pocos amigos y unos cuantos gorilas a su alrededor, llámanos de inmediato.
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Mario se dirigió al guarda de seguridad que estaba justo delante de las escaleras, lo entretuvo como pudo y mientras, Nora y Peter se colaron por detrás y sin que nadie les viera subieron las escaleras.
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Nora abrió la puerta, entró, dejó la Cruz entre el tesoro  y mientras, Peter, cambiaba la cerradura de la puerta. Todo parecía haber salido bien. Abajo, Mario, vigilaba, por si veía una cara sospechosa o algo que le pareciese raro. Nora y Peter cerraron bien la puerta y bajaron las escaleras, con cuidado de que nadie les viera. El trabajo estaba hecho. Salieron los tres de la Basílica, Peter y Nora, por un lado y Mario por otro. Justo en la puerta, se toparon con aquél hombre, el  que poseía la Cruz falsa y estaba furioso, muy furioso. Sin que nadie se diera cuenta,  le puso una pistola en el cuello a Nora y le obligó a darle la llave. Peter intentó persuadirle pero sin resultado. Nora le dio la llave y el hombre les dejó marchar. Peter furioso le dijo a Nora:
-Estás loca, al final el trabajo ha sido en balde, se quedarán con la Cruz y con el tesoro, no es justo
-¿Tú crees que yo les iba a dar la llave, la auténtica, la que abre el tesoro?. ¡Qué poco me conoces, Peter!.
-¡Entonces!,- exclamó Peter-, ¿le has dado la llave vieja, no?
-Pues claro,  la nueva se la di a Mario nada más bajar las escaleras, y yo me quedé con la vieja. Ya te dije yo, que ese chico nos sería de una gran ayuda. Ahora vamos, nos espera en su góndola para llevarnos a un café a tomar algo. Montaron en la góndola y Mario les llevó a un lugar donde se sentirían seguros  y a gusto. Era un café típico italiano, donde podían tomarse un espléndido capuccino o comerse un buen trozo de pastel.
CAPUCCINO. CAFÉ TÍPICO DE ITALIA

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TIRAMISSÚ. POSTRE TÍPICO DE ITALIA

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Se sentaron, tomaron algo y allí estuvieron hablando los tres hasta recién entrada la noche. Estaban satisfechos, todo había salido bien, aunque Nora sabía que todavía le quedaba algo pendiente, algo que le costaría más que lo que ya había conseguido. Pero ahora  nada le enturbiaría, sólo quería divertirse…………


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PUENTE RIALTO. EL MÁS ANTIGUO DE LA CIUDAD.

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FIN

UN VESTIDO ENTRE UN MILLÓN
Estella es una chica alegre y bonita como pocas. Está a punto de cumplir dieciséis años. Un día su madre le dice:
-Estella, querida,  quedan dos semanas para tu cumpleaños y he pensado celebrarlo con una fiesta muy especial, ¿qué te parece?.
Pero a Estella, las fiestas de su madre no le gustaban, le parecían aburridas y un poco cursis. Invita a todas sus amigas y a todo el barrio y en las tarjetas de invitación, siempre pone cómo ha de ir vestida la gente.
¡Qué rollo, yo lo que quiero es invitar a mis amigos! -pensó Estella.
Estella, mañana iremos a mirar un vestido maravilloso para tu fiesta de cumpleaños. -dijo su madre.
Estella asintió con la cabeza, para no defraudar a su madre. Se marchó a su habitación, Estella quería a su madre y aunque a ella le habría gustado  otro tipo de celebración, no quería defraudarla por nada del mundo, así que aceptó. Eso sí, buscaría un vestido, que fuera el más maravilloso del mundo, quizá esta vez tuviera suerte y a su fiesta vendría algún príncipe azul, que la llevara en un caballo blanco galopando, a orillas del mar. Y es que Estella era muy romántica.
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Al día siguiente Estella se levantó pronto para ir a comprar el vestido para su fiesta de cumpleaños. Entraron en muchas tiendas, pero Estella no encontraba nada que le gustara. Cuando ya se marchaban a casa, cansadas de buscar el vestido perfecto, Estella se fijó en un vestido precioso que había en el escaparate de una tienda.
Mamá, mira, es precioso, vamos a entrar,-dijo Estella.
Entraron a la tienda y la dependienta les atendió amablemente.¿Qué desean?, -dijo la dependienta.
Estella, con entusiasmo, señaló el vestido del escaparate y la dependienta se lo dio para que se lo probara.
Estella se lo probó, parecía que se lo habían hecho a medida, le quedaba como un guante. Estaba preciosa. Su madre se emocionó tanto, que no pudo reprimir alguna lágrima.
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Estella guardó su vestido como una preciada joya. Su vida continuó, iba al colegio, salía con sus amigas, hablaba con su madre sobre la fiesta, y así transcurrían los días.
El sábado Estella se levantó y fue a la habitación de su madre. ¡Qué raro! -pensó Estella- mamá todavía está en la cama, ¿se encontrará mal?.
-Mamá, hace un día estupendo, ¿qué te parece si hoy vamos a comprar los zapatos para la fiesta de cumpleaños?-preguntó Estella a su madre.
-Hoy no Estella, no me apetece. Llama a una amiga y ve con ella, comprate los más bonitos.
-Está bien mamá, pero ¿qué te sucede? ¿estás enferma?.
-No Estella, solo estoy cansada.
-Está bien, llamaré a Claudia e iremos a comprar los zapatos.
-Estella llamó a su amiga y se marcharon. Pasaron todo el día fuera, compró sus zapatos, comieron en un restaurante, y ya por la tarde Estella se fue a su casa.

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Llegó el día de su cumpleaños, Estella se levantó pronto y aunque la fiesta, no era mucho de su agrado, estaba contenta por el día que era y porque iba a estrenar el vestido más maravilloso del mundo. Su madre andaba de aquí para allá, ultimando los detalles para que cuando los invitados empezaran a llegar, estaría todo perfecto. Pero Estella no esperaba una gran sorpresa que su madre iba a darle.
Eran las 12:00h de la mañana y los invitados a la fiesta empezaron a llegar.
Estella se estaba terminando de preparar, se puso su vestido, sus zapatos de tacón, los primeros zapatos de tacón que tenía, se maquilló un poco y se recogió el pelo. Estaba estupenda.
Bajó las escaleras, y allí estaba su madre saludando a la gente que llegaba con regalos para ella.
-Felicidades Estella, le decían todos los invitados, dándole un regalo.
-Gracias, -contestaba Estella intentando ser educada y amable.
Cuando parecía que ya no había más invitados, de repente a lo lejos, vio venir a todos sus amigo con muchos regalos para ella. Mama,-llamó Estella a su madre- viene Claudia y todos los demás a mi fiesta de cumpleaños, ¿has sido tú, Mamá?. Oh, gracias, va a ser la mejor fiesta de mi vida, estoy muy contenta.
La madre de Estella, sabía que aquello era lo que Estella más deseaba en su vida, así que llamó a sus amigos uno por uno y allí estaban todos para disfrutar de aquél día y hacer feliz a Estella.

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Pasaron los días, y Estella estaba feliz porque había tenido la mejor fiesta del mundo.  Todo había salido bien. Su vestido era perfecto, estuvieron sus amigos, la comida, la tarta, todo fue perfecto, su madre lo había preparado todo. Quería a su madre y tenía que agradecerle de alguna manera todo lo que había hecho por ella.
Al salir del colegio, se dirigió a  una floristería y le compró a su madre un gran ramo de rosas. Cuando llegó a casa, había muchos coches y un gran revuelo, Estella corrió dentro de casa y llamó a su madre:
-Mamá, ¿qué hace toda esta gente aquí?, ¿qué ocurre?. Subió a la habitación de su madre y allí estaban las amigas de mamá y toda su familia. ¡Mamá!, -gritó Estella.
                      
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¿Qué ocurrió? ¿Qué le pasó a la madre de Estella?

Bueno os lo podéis imaginar. Estella, se había quedado sola y triste, no se podía explicar cómo podía haber ocurrido aquello, mamá nunca había estado enferma y siempre la veía contenta y feliz.
Un día, revolviendo entre unas ropas de su madre, Estella encontró un sobre, lo abrió y descubrió algo que no se esperaba. Su madre en aquélla carta le confesaba a su hija que estaba muy enferma y que quizá cundo leyera aquélla carta ella ya no estaría. Le decía a Estella, que no estuviera triste, que disfrutara de la vida y que estudiara mucho para tener una vida plena y feliz. Que fuera fuerte y que no se derrumbara, y que si lo hacía, se volviera  a levantar. Que pensara en ella, pero no con tristeza sino con alegría, pensando en el tiempo tan feliz que habían pasado juntas. Que todo estaba arreglado y que se quedaría con unos tíos hasta que cumpliera la mayoría de edad y que económicamente estaba todo solucionado.
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Pasó el tiempo y Estella no dejó de pensar en su madre, siempre estaba en su mente y en cada cosa que hacía.
Estella se enamoró y se casó, pero a diferencia de aquel cumpleaños tan maravilloso que tuvo cuando cumplió 16 años, su madre no estuvo allí para ayudarla a elegir el vestido de novia, ni el menú, ni hacer la lista de invitados.  No estuvo físicamente, pero desde dónde estuviera la estaba ayudando para que todo fuera perfecto.
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Quizá es una historia un poco triste, pero la vida es así, cosas alegres y tristes. Por eso a las personas que tenemos al lado hay que decirles que las queremos y pasar días con ellas, no vaya a ser que mañana sea demasiado tarde.
                                                                                                                   
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Y como nos quedamos con lo bueno vamos a pensar en lo siguiente:
¿Qúé vestido llevaría Estella? ¿Qué dulces habría en la fiesta de cumpleaños?
Me podría imaginar un vestido maravilloso, de color plata o negro o verde agua, no se, largo, con un drapeado en la cadera y un escote palabra de honor. Pero como yo no tengo un vestido así, ni creo que me lo pondría nunca porque me sentaría como una patata, os voy a mostrar una blusa maravillosa de color verde, el que se lleva este verano, y que se puede combinar con vaqueros, o con un pantalón rosa o todo verde. El vestido no, pero una blusa preciosa ya tenemos, ahora solo nos falta algún dulce que podamos poner en esa fiesta, eso os lo mostraré en breve, mientras leed la historia. Besos



 


Algo que seguro no faltó en la fiesta de cumpleaños de Estella, estas Galletas Vestidos que harían juego con su magnífico vestido de cumpleaños.




 
HISTORIA DE UN HOTEL
La historia que os cuento a continuación está ambientada en Francia en los años 70. Años difíciles para nuestro personaje, Mulhad. Mulhad es un joven que vive con su familia en un barrio pobre a las afueras de Francia. Mulhad trabaja en un Hotel en el centro de la ciudad, “Hotel de France”. Aunque es afortunado porque tiene trabajo, con su sueldo y el de su padre no es suficiente para mantener a toda la familia y es que Mulhad es el mayor de cinco hermanos. Mulhad hace de todo en el Hotel, de pinche de cocina, de jardinero, de recadero, de electricista, y es que Mulhad es un joven al que se le da todo bien. Así que en el Hotel, solo se oye el nombre de Mulhad por todos los rincones; Mulhad, arregla el enchufe de la habitación 202, Mulhad echa una mano en la cocina, que hoy hay una cena especial con muchos invitados, Mulhad arregla el jardín y así un sinfín de órdenes que sus superiores le dan al cabo del día. Pero Mulhad al contrario de estar cansado de que le manden y de hacer muchas cosas, se siente contento, le gusta su trabajo, no parar en todo el día, hacer una cosa, luego hacer otra que no tenía nada que ver con la anterior y así hasta que su trabajo terminaba y se iba a su casa donde le esperaban para cenar toda su tropa de hermanos y sus padres. Allí Mulhad contaba a su familia todo lo que había acontecido en el día y sus padres le escuchaban con entusiasmo y emoción. Así pasaron los años, del trabajo a casa y de casa al trabajo y nos ponemos en el año 1975, Mulhad tiene entonces 25 años.
Un día, Mulhad, como el resto de los días, va a trabajar a Su Hotel( él siempre le llamaba "Su Hotel" porque allí se sentía como en su propia casa). Lo que no sabe es que ese día marcará su vida así como la de los ciudadanos y resto de trabajadores del Hotel de France.
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Volvamos a aquél día. Como os digo, Mulhad se dirigió a "Su Hotel" a trabajar. Nada presagiaba que esa mañana, todo iba a cambiar. Eran las 11:00 de la mañana cuando en la cuarta planta se originó un revuelo espectacular, la gente corría, todo el mundo estaba alborotado, nadie sabía qué pasaba, excepto Mulhad que estando en esa misma planta arreglando una lámpara del pasillo, vio que de una habitación salía humo, se acercó, intentó abrir y la puerta se resistió, pero Mulhad no se dio por vencido, empujó la puerta y entró. Entre el humo, distinguió dos siluetas, fue a socorrerlas y las sacó de allí sin demora. Pero ya era demasiado tarde, el fuego se había extendido por toda la habitación y se iba expandiendo por toda la planta tan rápido que nada ni nadie podía ya parar. Mulhad cogió una manta, se tapó y fue abriendo las puertas una a una sacando gente que todavía se encontraba en las habitaciones. Mulhad no podía creer que "Su Hotel" estaba ardiendo por los cuatro costados. Cómo pudo, bajó las escaleras, ayudando a la gente que se encontraba tirada en el suelo. La gente que aún pudo, salió a la calle, los que no pudieron, se quedaron allí para siempre.
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Esta tragedia marcó a Mulhad y a su familia para siempre. Mulhad no dejaba de pensar que quizás podría haber hecho más  por aquéllas personas, que ¿por qué él había sobrevivido a tal terrible tragedia y gentes inocentes mujeres, niños, familias enteras que se encontraban allí pasando unos días de descanso en aquél hotel, Su Hotel, fueron víctimas de aquel día en el que él no pudo hacer más de lo qué hizo?. Mulhad,  se preguntaba lo mismo día tras día.
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Pasaron dos meses desde la tragedia y Mulhad decidió que era hora de salir a la calle y enfrentarse al mundo, necesitaba trabajar, su familia necesitaba comer, y él no podía estar toda la vida llorando, no podía ser tan egoísta y privar a su familia de unas manos que todavía podían hacer mucho por ellos.  No sabía cómo pero sus pies le llevaron al lugar de la tragedia. Se quedó allí paralizado, reviviendo aquel día, como si todo estuviera pasando de nuevo. Las máquinas trabajaban todavía quitando escombros y entre tantas piedras y restos de lo que fue aquél gran Hotel, vio algo que le llamó la atención, era el cartel con el nombre del Hotel, que colgaba en la entrada del mismo, invitando a los clientes a entrar. Entonces Mulhad pensó que si aquello se había mantenido en pie, quizá significara algo. Pensó que quizá alguien le estaba mandando una señal, el Hotel debería ser lo que era antes de la gran tragedia. Aquél pensamiento, le envolvió en un entusiasmo que hacía tiempo que no sentía. Se marchó a casa y una idea le rondaba en la cabeza. Hoy mismo llamaría a aquellos  compañeros que habían sobrevivido y les propondría algo, tal vez todo podría cambiar de nuevo y esta vez para bien.
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Después de aquel pensamiento todo cambió. Su idea dio resultado, sus compañeros estuvieron de acuerdo y allí estaban todos trabajando duro, pero con la ilusión de que algún día levantarían aquél Hotel que tanto les había dado. Contrataron jóvenes, ofreciéndoles un trabajo, que luego se mantendría dentro del Hotel cuando ya estuviese acabado. Todos y cada uno ponían su granito de arena y trabajaban hasta la caída del día. Se marchaban a casa y al día siguiente vuelta a empezar.
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Pasaron los años y un buen día se dieron cuenta de que aquél trabajo había llegado a su fin. Solo les quedaba poner los muebles y acrecentar cada habitación como se merecía, pero necesitaban una mano femenina, alguien con buen gusto, que le diera un toque diferente al Hotel, alguien que pondría el Hotel entre los mejores de la ciudad. Pensó entonces en una chica que trabajaba con él en el Hotel, Luna , se llamaba, la llamaría enseguida, si es que  todavía conservaba su teléfono.
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Todo salió a las mil maravillas, decoraron el Hotel con un gusto y una sutileza exquisita y el día de la inauguración reunió a miles de personas, gentes de todos los sitios. La gente se quedaba boquiabierta, el Hotel era maravilloso, las paredes estaban decoradas con unos papeles floreados de la época, con unos colores rosas, verdes, amarillos, azules, todo en unos tonos pasteles que daban vida a cada estancia. Muebles de época blancos y marrones, sofás y sillas a juego, mesas de madera decoradas con jarrones envueltos en unos maravillosos ramos de flores y cada habitación decorada distinta una de la otra. Todo estaba dispuesto para que los clientes tuvieran una estancia agradable y feliz. De nuevo, el “Hotel De France” estaba abierto al público, de nuevo Mulhad se sentía feliz, ya no era el chico de los recados, sino uno de los dueños del Hotel, un Hotel que había resurgido como el Ave Fénix. Sea como fuera, allí estaba, dominando la ciudad, invitando a la gente a entrar, sin olvidar su historia y su pasado, un pasado que aun siendo malo, nunca nadie podría olvidar.
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No acaba aquí la cosa y es que para dar una mejor atención al cliente contrataron a una gran pastelera que hacía los mejores pasteles de la ciudad, así ofrecían a sus clientes, deliciosas galletas, bollos, pasteles y tartas parta desayunar o para completar una deliciosa comida o simplemente para tomar con un café a la hora de merendar.

 Con esto quiero decir que no hay que rendirse nunca y que igual que nuestro personaje, todos en algún momento de nuestra vida tenemos que partir de cero porque no nos queda otro remedio. Mulhad tuvo un sueño y con ahínco y tesón lo consiguió y volvió a ser feliz en aquél hotel, “Su Hotel”.
                                                                           FIN 
 CAFÉ DE FRANCE
PETIT  DÉJEUNER (desayuno)
·      Café noir
·      Café au lait
·      Chocolat
·      Un morceau de gâteau (un trozo de pastel)

Un pastel de lujo para este desayuno podría ser el Pastel Napolitano Marmoleado
                                         
     Y para desayunar en el Hotel nos pondríamos por ejemplo este conjunto de camiseta y pantalón coral a juego, ¿qué os parece?. Todo de la tienda Mylila en Castro Urdiales. Besos.


UN GRAN HERMANO MARCIANO

Esta última vez que he estado en Aix en Prevence, hace ya casi un mes, en mi viaje de vuelta, en el avión, me tocó en ventanilla. Y mirando a través de ella me vinieron unos pensamientos que hoy os tengo que contar para compartirlos con todos vosotros.
Me imagino que habréis oído, al igual que yo, "eso de los viajes a Marte", no es que haya prestado mucha atención, pero la suficiente para opinar y para hacerme una mera idea de como puede ser ese viaje y esa estancia allí en Marte, como si de "Un Gran Hermano", se tratase.
Según tengo entendido, una empresa, con sede en Holanda, privada y sin ningún ánimo de lucro, ha presentado un plan, y no es  un plan para salir de la crisis, ja,ja, sino un plan nada más y nada menos, que el de establecer, en menos de una década, la primera colonia humana en el Planeta Marte. Y yo me pregunto:- ¿lo llamarán "Gran Hermano nº 25", lo presentará la gran Mercedes Milá y lo veremos por la tele, cuál un programa de entretenimiento se tratara?.
No lo sé, lo cierto es que ya van apuntadas 78.000 personas (entre ellas algún español). Y es que con esto de la crisis, igual tenemos que apuntarnos más de uno. Según parece para el 2023, llegarán a tan preciado Planeta, los primeros cuatro marcianos y para el 2025 los otros cuatro. Se me olvidaba deciros que el viaje no tiene retorno. Claro, eso si llegan, porque nadie les asegura que el viaje vaya a resultar un "paseo por las nubes".
Y una vez allí, ¿cuál será el cometido de nuestros grandes hermanos marcianos? ¿habrá peleas? ¿ tendrán qué comer? y....... ¿habrá edredoning?. No lo sé, supongo que comida tendrán o ¿tendrán que cultivar sus propios alimentos?, y si se ponen enfermos ¿quién los atenderá?. Son muchas preguntas las que me hago, pero no hayo respuestas, será que a mí eso de Marte no me llama. ¿No sería mejor  invertir en Puestos de Trabajo, en nuevas Empresas y en las que ya están, para que prosperen y no tengan que cerrar, así como en Educación, para que nuestros hijos puedan estudiar, sin trabas y por supuesto en Sanidad, que cada día está peor?.
Parece ser que no, que lo del morbo es lo que prima en el mundo, y si esto significa irse a Marte, pues ¡ala! todos para aya. Sólo la primera tanda de marcianos costará unos 6.000 millones de dólares, entiendo que con víveres, suministros, viviendas, etc, que desde luego piensan sacar gracias al "reality" emitido en todo el mundo.
Otro de mis pensamientos, es: - no será, que para solucionar los problemas aquí en la Tierra, han pensado en mandarnos allí, a Marte, y así irnos liquidando poco a poco, para acabar así con la crisis y los problemas y quedarse aquí unos pocos privilegiados que vivirán como "Dios" o mejor y que seguirán llenandose los bolsillos o mejor dicho robándose entre ellos, porque ya no tendrán pobres a los que robar'???????????????.
 Y que me decis de la gente que se ha apuntado.¿ Alguno/a de vosotros/as os apuntaríais?. En qué estarán pensando aquellos que se han apuntado, ¿en el Paraíso, en el Maná, en una nueva vida lejos del mundanal ruido?. Bueno, allí no vais a tener que pagar recibos, ni hacienda, solo tenéis que preocuparos en trabajar para poder comer  y cultivar la mente, algo muy importante, lo mismo en Marte que en la Tierra.
¿Qué ropa vestiréis? Un traje de Astronauta para salir de vuestra vivienda si vais a tomar algo al bar de la esquina, pero para estar dentro, supongo que os podréis llevar vuestras prendas más preciadas. Así cuando conecte con vosotros nuestra amiga "Mercedes" estaréis monísimos de la muerte.
Yo solo sé que de pastelera allí no podría ir porque ¿quién me va a mandar a mi toda la materia prima que yo necesito para hacer mis pastelitos? ¿y todos mis artilugios, mis cajas con los cortadores, los capacitos de colores? me da a mi que cuando vieran todos mis baúles se iban a asustar.
Bueno, eso sí, me dejarían llevarme un pastelito para el viaje, aunque más bien tendría que llevar un regimiento de ellos, digo, por lo que dura el viaje, y también me dejarían llevarme algún modelito para lucir allí, ¿verdad?
Bueno, espero que os haya gustado el escrito de hoy, y lo único que pretendo es que nos riamos un poco,je,je,je,jejjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. Mejor será que nos riamos, porque con todo lo que está cayendo. Bueno os dejo una foto de algo que me llevaría a Marte para mis noches televisivas y un pastel rico rico para mi futuro viaje por el espacio. Hasta mañana. Bessoss. Estos mismos de animalitos, porque yo creo que serían los únicos animales que veríamos, digo yo, aún no lo sé. Y esa camiseta que todavía no me he puesto, con este frío, no me vendría mal.


FIN

EL REFLEJO DE UNA VIDA
Esta historia nos refleja la realidad del momento y los deseos de la gente por recuperar una vida, que ya daban por perdida. 
María, es una mujer joven. Y aunque ella no lo crea, tiene una fortaleza de hierro. Su vida en un tiempo se ha visto alterada por una serie de circunstancias, pero ella quiere cambiarla y hará todo lo posible para que ésto ocurra.
María tiene 40 años, es una mujer joven, atractiva y activa. Vive con su marido, Pedro, y su hijo, Iban. Es feliz, aunque le falta algo para serlo completamente. María no trabaja fuera de casa, se encarga de su hijo y de su marido, hace la comida y se ocupa de su hogar. Es feliz, a su manera. Pedro está todo el día fuera de casa, por su trabajo, viaja mucho, y se ven poco. Pero así pasan los años, la vida sigue y ella continúa. Cuando su hijo es un poco más mayor, decide ponerse a trabajar. Encuentra trabajos, aquí y allá, pero nada que le satisfaga. Aún así, encuentra un trabajo, que le permite estar con su hijo, ayudarle en las tareas y atender su casa y su marido. Parece que todo va bien, tienen una vida cómoda y la suerte les sonríe. Lo que no sabe es que todo va a cambiar.
Un día su marido llega a casa cabreado, el trabajo no va del todo bien, una empresa nueva se mete por el medio y les compra. Está confuso, no sabe si ésto será para bien o para mal. María le consuela y trata de ver las cosas de una manera más positiva, pero su marido, no lo ve de la misma manera.
Así suceden los días y Pedro es despedido de su trabajo. Llega un buen día a casa y se lo cuenta a su mujer. Por un lado mejor, porque a Pedro le estaban haciendo la vida imposible, y ya no aguantaba más. Mejor así, se dijo, aunque  una parte de él decía ¿por qué?, si él era bueno en su trabajo y durante un montón de años lo había dado todo por la Empresa, ¡maldita crisis!, -pensó-. Pedro negocia con la Empresa y al final no sale mal parado, pero sufre y no sabe qué va a pasar a partir de ahora. Pasan los meses, Pedro busca trabajo,  y por fin encuentra un trabajo que le satisface y le gusta. Encaja perfectamente, tanto sus nuevos compañeros, como sus jefes le tratan como nunca le habían tratado en su anterior trabajo. Se siente valorado, respetado y contento. Tiene muchos objetivos y cree que  en este nuevo trabajo, todo le irá bien. Son felices, pero María, ve algo, que su marido no ve. María no ve claro que este trabajo vaya a salir hacia adelante y su intuición nunca solía fallarle. 
Pasan unos meses  y Pedro se da cuenta de que este trabajo no le lleva a ninguna parte. Tiene un sueldo más o menos decente y está contento, pero cada día le mandan menos cosas que hacer, pasa mucho tiempo en casa y las cosas parece que de nuevo se complican
Un día Pedro tiene que viajar a Barcelona para hacer un curso, -bueno por lo menos me mandan hacer un curso-, -parece que la cosa mejora-, -piensa Pedro-. Ese día Pedro no se levantó del todo bien, se encontraba mal, pero cogió el coche rumbo al aeropuerto. Cada vez se encontraba peor, le entraban sudores y le dolía todo su cuerpo, no sabía qué le estaba pasando. Embarcó, pero al momento le dijo a la azafata, que por favor, le diera su maleta que se bajaba del avión, que se encontraba mal y no podía viajar. 
Así fue como Pedro se encontró metido en una espiral de la que no era fácil salir. Volvió a su casa y María, preocupada le puso el termómetro  para ver si tenía fiebre, pero no, no tenía fiebre, pero él se sentía muy mal, como si algo dentro de su cuerpo no funcionara bien. Comunicó a la Empresa lo sucedido y no pasó nada, se acostó, pero no pudo dormir, el dolor le mataba y María no sabía qué hacer. Al final Pedro se durmió, pero al día siguiente los dolores volvieron y más intensos, fueron al médico y éste al ver a Pedro, le mandó directamente  a Urgencias, al Hospital. Allí le miraron, le hicieron algunas pruebas pero no vieron nada, le tuvieron dos noches, a base de calmantes y salió del hospital como nuevo. Contento se fue a casa a descansar, pero al de unos días el dolor volvió y ya no se fue de su lado.
 Pedro vivía en un dolor constante. Su mujer no perdía la esperanza, y a todos los médicos que les recomendaban, iban, pero nunca hallaban una respuesta. Pedro sufría. Sufría por él y por su familia, lloraba y una fuerte depresión se apoderó de él. Las visitas a los médicos se sucedían, una prueba por aquí, un análisis por allá, siempre con la esperanza, de que en una de ellas, le dieran un diagnóstico, algo a lo que agarrarse, por lo menos, sabrían por dónde empezar. Al final de tantas idas y venidas, alguien parece que les da un diagnóstico bastante claro, pero no esperanzador, porque la enfermedad diagnosticada no tenía tratamiento, y además no se trataba aquí en España, ¡oh Dios mío!, -pensó la pareja-. Ya en casa, pensaron que deberían probar suerte e ir donde fuera necesario, con el único propósito de que Pedro pudiera curarse algún día.
Al de unos meses, ya tenían la cita para un médico especialista en Francia, después de una prueba, por fin le corroboran lo que el médico de España le había diagnosticado. Soluciones, no muy claras ni tampoco esperanzadoras; Rehabilitación, Infiltraciones, Botox, y una operación que lo mismo  puede ser exitosa como que no.
Bueno, pensaron, -es la única salida que tenemos, habrá que intentarlo-.  En todo este tiempo, deciros que Pedro perdió su segundo trabajo, lo que de nuevo le volvió a hundir en la miseria. 
María no perdía la esperanza y allá donde había que ir, ella acompañaba a su marido, sin quejarse ni un solo momento.
El tiempo pasó, a Pedro le pusieron Infiltraciones, Botox, todo ello en Francia, por supuesto, era un no parar, un día Infiltración, al cabo de uno o dos meses, consulta, de nuevo otra Infiltración, consulta, Botox, consulta, más Botox y más consultas. Así pasó un año, las esperanzas y el dinero, se les acababa. No podían más, estaban agotados.
Todo se les acababa, menos el amor y la esperanza. Así que vuelta a empezar, de nuevo más médicos, más pruebas, otro diagnóstico, medicinas, sanadoras, psicoanalistas, medicina alternativa. Todo lo probaron, pero sin resultado alguno.
Pedro estaba cansado, ya no iba a ir a ningún médico, lo único que iba a hacer ya, era volver a Francia, volver a hacerse de nuevo la prueba que se hizo al principio, cuando le diagnosticaron la lesión  y en caso de que volviera a dar  positiva, le pediría al médico que le operara cuanto antes.
Mientras tanto, María tenía en la mente algo que no paraba de darle vueltas. Tenían que salir de ésto como fuera, aunque la enfermedad siguiera todavía presente. Ya no aguantaba más, ver sufrir a su marido día tras día, la estaba consumiendo y quería hacer algo nuevo, algo diferente, así que le dijo a su marido que quería montar un negocio, un negocio de pastelería, algo que a ella le gustaba y por lo que llevaba luchando ya un tiempo, hasta que toda esta larga enfermedad, paralizó sus vidas. El tiempo pasaba, pero sus vidas, pareciera que se hubieran parado un buen día cuando la enfermedad entró en ellas. Sin embargo, María estaba decidida a luchar, así que animó a su marido y empezaron a mirar locales en alquiler, hasta que dieron con uno en el que por fin María podía ver realizado su sueño. Montaría la mejor cafetería del mundo, con sus pasteles, sus tartas, sus bizcochos y ofrecería a la gente, algo que no ofrecían las demás, un ambiente tranquilo, relajado, en el que las personas pudieran conversar, mientras se tomaban un delicioso Cupcake o tal vez leer un buen libro a la vez que degustaban un aromático té. Todo ello en armonía con el entorno, un entorno en el que todo estaría bien estudiado, la decoración, los muebles, el olor, los sabores y el sonido. El sonido de las tazas, de la cafetera, de las cucharillas dejándolas en los platos para comer un maravilloso trozo de pastel e infinidad de cosas que uno puede sentir cuando se siente agusto en un lugar en el que alguien te hace sentir todas esas emociones.
Así que ya estaba todo en marcha, en unos meses su sueño se haría realidad. Aunque su mejor sueño sería que su marido volviera ser como antes y pudieran ser felices de una vez por todas.
¿Qué os parece? ¿Se curará Pedro?¿Cumpliría María su sueño? ¿Triunfará su negocio?. Todo esto lo veremos más adelante, en otro capítulo, que tendré que ir preparando.

¿Cómo relacionaremos esta historia con la Moda y con el Dulce?. Pues vereis, os voy a dar un dato, ante todo María es una mujer coqueta, que le encanta la moda y estar bien preparada y ésto es algo que en todo este tiempo no ha perdido ni un solo momento. María piensa que las cosas malas se quedan en casa y a la calle hay que salir con la cabeza alta y que nadie te vea hundida, y ni mucho menos fea y desarrapada, por eso, ella se maquilla todos los días y sale a la calle con la mejor de sus sonrisas.
Cómo a María le gusta tanto la moda, mañana os pondré una foto de algo que podría ponerse María, para la inauguración de su negocio, por ejemplo. Y algún postre maravilloso que seguro que haría para tal evento.
Esta historia va dedicada a todas esas madres, a todas esas mujeres, que como María luchan por su familia, que viven en su casa en silencio, que se enfrentan a una enfermedad y a quién loss demás no preguntan qué tal se siente, porque la enferma no es ella, es su marido. Lo que no saben, es que la persona que está al lado de un enfermo sufre con él y vive la enfermedad en primera persona, aunque el dolor físico como tal no lo sienta, como la persona que realmente lo sufre.
Con esto ya si acabo esta historia que como os digo continuará en una segunda parte. Hasta pronto.

VESTIDO DE COPIN: mangas negras, ribetes en gris plata y cuerpo pata de gallo morado. La foto no le hace justicia, pero sienta muy bien. ¿ Cuál de los dos modelos se pondría María para la inauguración?.

                                 
                                 
CAMISETA NEGRA CON ENCAJE Y ADORNOS EN DORADO DE FANCY Y MINI FALDA DE POLIPIEL NEGRA CON DETALLES CREMALLERA DE BOGA MODA . CASTRO URDIALES.
                                        
                                            
MARAVILLOSOS CUPCAKES CON LOS QUE MARÍA INAUGURARÍA SU CAFETERÍA CON ÉXITO SEGURO.

                                                FIN. CONTINUARÁ...........................................

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