Ya os dije que tenía que volver y que esta vez sería la última, espero. Pues bien, aquí donde nos encontramos, las horas se hacen días y los días semanas. El tiempo se hace tan largo que no sabes ya como ocupar tanto tiempo libre. Por eso no dejo nunca mis cuadernos y mis cosas de pastelería atrás, así que me las he traído hasta aquí, para poder escribir y buscar tanta información como pueda sobre nuevas recetas que luego os iré mostrando. El día transcurre aquí, en una habitación con dos camas, un baño, un armario, un sillón donde poder reclinarte un poco, una mesa y dos sillas. Pero casi todo mi tiempo estoy sentada en una de las sillas y en la mesa delante del ordenador, pegada a la ventana, desde donde se puede ver pocas cosas, pero con la mirada casi perdida, pienso y sueño en que todo esto acabe y pronto podamos volver a casa y empezar una nueva vida con un proyecto por delante, que si Dios quiere pronto estará en marcha.
Desde esta ventana que os menciono puedo ver otras habitaciones, gente que va y que viene. Pero en lo que me quedo fijamente mirando y como os digo, con mi mente absorta, es en un árbol, un árbol grande, con muchas ramas, a las cuales vienen unos pájaros hermosos a colocarse en ellas. Este árbol representa para mi, aquí y en estos momentos, la vida, un nuevo despertar, un nuevo futuro que está por llegar y sobre todo representa de alguna manera la Felicidad. Lo miro y pienso:- estoy feliz, porque sé que ha llegado el momento, ese que tanto ansiaba y que espero que no se quede en una simple y vaga ilusión. Los pájaros que vienen a posarse a estas ramas, son hermosos, relucientes, con largas colas y un plumaje de colores: negro, blanco y azul. No sabría decir que clase de pájaro es, pero me encanta verlo cuando viene con ese voleteo rimbombante a posarse sobre la rama del árbol, mi árbol. De esta manera me relajo, me siento bien y cuando ya se va haciendo de noche, aquí, en este lugar, bajo las persianas, y me despido de mi ventana, de mi árbol y del hermoso pájaro que viene todos los días a despertarme.
Mañana será otro día y creo que ya mañana estaré en otro lugar mejor, más bonito y que os podré enseñar alguna foto. Este lugar es tan simple que no merece la pena ninguna foto.
Espero que os haya gustado mi relato y para que no quede tan soso os lo voy a acompañar con una foto, que voy a buscar. Hasta mañana y muchos besos desde Aix, ciudad de la Luz y de la Esperanza.
Aparthotel Adagio, donde estaré a partir de esta noche supongo. Es una chulada, ¿a qué sí?
Mercado de flores aquí en Aix en Provence
Tienda de cosméticos de L'OCCITANE, donde vende el típico jabón de Marsella
Autobús Airport-Aix en Provence, el que siempre cogemos:7,60 e
Típica calle en Aix
Típica casita francesa
Se me olvidaba deciros, otra cosa en la que paso mi tiempo, es leyendo. En el aeropuerto de Barcelona, me compré un magnífico libro: " La sombra del viento", de Carlos Ruiz Zafón. Es una trilogía, así que me compraré los siguientes y os lo recomiendo. Lo tengo casi leído.
Ánimo!. Todo pasa. Ama tu trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día. Cuida a la persona que más te quiere y te necesita.
ResponderEliminarLa verdad,es que te sale el dulce por todos los sitios, hasta escribiendo. Genialllll.
Un beso enorme unos seguidores de Cantabria
Muchas gracias, amigos. Me han encantado vuestras palabras y por supuesto me han animado. Todos los apoyos son pocos en estos momentos. Así que de nuevo gracias y un besote grande.
EliminarConchi.
Spero salga todo como deseas en todos los sentidos, salud trabajo y amor
ResponderEliminarBstos sigue asi
Gracias, como veis me gusta contestar a todos vuestros comentarios, porque me gusta ser agradecida y se que lo decís de todo corazón. Un beso. Conchi
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